Después de 10 años habló el exrector de la UNT Juan Alberto Cerisola

“Son imputaciones falsas, producto de toda una interna universitaria”, afirmó sobre las acusaciones por el manejo de los fondos de la minería.

Cerisola en Tucumán con Todo.
Cerisola en Tucumán con Todo. Foto: radio

Habló luego de 10 años el exrector de la UNT, Juan Alberto Cerisola, tras conocerse que fue suspendido, una vez más, el juicio que debía iniciarse este lunes 29 de abril, en el Tribunal Oral Federal Criminal de Tucumán, por falta de integración de sus miembros. El único titular de ese cuerpo, el doctor Carlos Jiménez Montilla, pidió licencia y luego renunció, días pasados. No se nombró su subrogante, razón por la cual, mediante una breve comunicado, se informó la suspensión de ese pleito que debía investigar al ex rector por el destino de los fondos que llegaron desde YMAD (Yacimiento Minero Aguas de Dionisio), a esa casa de altos estudios. Estos son algunos de los tramos de la conversación en el programa “Tucumán con Todo”, del ex rector Cerisola. 

- Contador Juan Alberto Cerisola ¿Cómo vivió estos 10 años usted?

- Los he vivido normalmente, hice mi vida normal de amigos, estudios, lecturas, que a mí me gustan mucho, programas de televisión, viajes cuando he podido, a veces. Quien ha vivido un poco peor ha sido mi familia, cuando algún periodismo me ataca, digamos que, en un cierto periodo, se acuerda y saca cosas falsas sobre mi persona. Falsas, mentiras, inventos, pues soy absolutamente inocente en toda esta historia que traigo arrastrando hace diez años. He vivido bien, Pero, obviamente, nadie merece injustamente que su familia se haga algún tipo de mala sangre. Eso es lo más importante. Después yo, imagínese, el desempeño de cargos y honores, sin soberbia lo digo, uno aprende a vivir.

-¿Cómo lo vivió al poder? Porque usted estuvo en la cima del poder.

- El poder es una cosa que se le presta a una persona, a menos, por supuesto, que sea esa persona nacida en familias que manejan el mundo, dueñas de grandes fábricas o cosas por el estilo. Para la gente común, lo que hay que hacer es prepararse para ejercer algún poder, si desea o las circunstancias se dan, no recomiendo a nadie que asuma un cargo si no está preparado. Por ejemplo, si a mí me dijeran, siendo un contador público y con estudios de posgrado en estadística y algo de economía que sé, si quiero ser ministro de economía del Tucumán, de cualquier gobierno, diría rotundamente que no. No estoy preparado, no he trabajado nunca en administración pública. Hay que conocer desde dónde se van a golpear las puertas en Buenos Aires, usted sabe que es así. Primero, uno tiene que buscarlo si está preparado. Yo para ser rector (primero de decano y después rector), me preparé mucho. Y después, es que uno se lo prestan y así lo tiene uno que sentir. Y una vez que termina la función, se tiene que ir, se tiene que olvidar... Estoy hablando de cargos como un rectorado, no sé, no voy a entrar en cargos políticos, pero...

- Vamos a las imputaciones, a las acusaciones contra Juan Cerisola. ¿Qué dice usted de todo eso?

- En primer lugar le digo que son imputaciones falsas. Falsas producto de toda una interna universitario que empezó en el año 2009. Que después algún denunciante serial, (Oscar) López, un abogado de apellido López. En el año 2009, la presenta en Buenos Aires, un hombre que no tiene nada que ver con la universidad. Queda parada en una meseta esa acusación y gano de nuevo la reelección en el 2010.

- Pero en la interna, en el 2009, ¿cómo es?

- No, bueno, a ver hagamos un poquito de historia. En el 2009 yo tenía como vicerrectora a la doctora “Rosy” Hernández (María Luisa Rossi de Hernández). En el 2009 cuando nos juntamos para empezar una campaña para tratar de ser reelegido, ella me plantea, muy correctamente, que no me iba a acompañar, que iba a intentar ella también, con todo derecho por supuesto, acceder al rectorado. Entonces nos separamos en dos grupos: yo con mi gente, ella con su gente. Por supuesto yo era el rector, de manera que empiezo inmediatamente a pedirles la renuncia a los funcionarios que obedecían a la doctora, empezando por el señor José Hugo Saab. Que él, creo que a veces es muy útil en la universidad, no lo voy a denigrar de arriba ni de abajo, simplemente en esos momentos estaba en mi contra. Entonces le pedí la renuncia inmediatamente y salió de la Universidad. Y con él salieron las personas que estaban con la doctora. Con la doctora la última vez que la vi en mi vida y estuve conversando, fue en mi despacho del rector, cuando ella me anunció que iba a ir por su cuenta, y quedamos en tener, ella me lo dijo, (por supuesto, estábamos dos solos, yo no puedo dar testigo), unas discusiones a fines de ver quién de los dos llegamos académicamente, en paz, como tiene que ser. Quién quiere ser el rector de una universidad, tiene que hacer una campaña académica mostrando sus valores y mostrando qué tiene pensado hacer después. Lamentablemente el grupo opositor inició contra mi persona una campaña feroz, ese es el término, no le puedo dar un término menos adecuado, feroz. Denuncias. Me pidieron inmediatamente una rendición de cuentas de todo el dinero que veníamos recibiendo de YMAD y qué habíamos hecho con eso, siendo que parte de ese grupo había trabajado conmigo también en sus primeros años.

- ¿Ellos participaron cuando se recibió el dinero de YMAD?

- Pero por supuesto. Porque esa es otra historia que podemos conversar. Hicimos todo un plan de obra donde participaron todos los decanos, se les preguntaba uno por uno que necesitaban. Se amplió la Universidad que está acá ya en esta ciudad. Participaron, les hicimos obras que pedían. Y después en el 2009 piden aclaraciones de obras que ellos mismos habían pedido. Incluso en un programa de televisión en propaganda, salieron los principales decanos opositores encabezados por el arquitecto (Pablo) Holgado, que era el candidato a vice rector de la doctora Rosy Hernández. Ahí él empezaba el picoteo en la reunión del Consejo Superior. Me pidieron informes de todo tipo. Se lo hicimos en el año 2009, un informe completo hecho por los funcionarios de la casa, básicamente los señores (Luis Francisco) Castillo que era director de administración y el Contador General en su época. Y los presentamos. Por motivos absolutamente políticos lo rechazaron. Y eso fue lo que simultáneamente se enteró, mágicamente, este doctor López y en ese mismo año presentó en Buenos Aires una denuncia. Muy bien, en el año 2010 yo gano de nuevo la reelección. Le diría sin soberbia, pero es la verdad, por amplio margen, y yo vivo con cierta tranquilidad hasta el 2014. Ese juicio que había empezado este hombre en Buenos Aires, más un señor (Ramón) Eudal, aquí en Tucumán, estaba en una meseta, nunca más se supo. Cuando me voy, cuando dejo el rectorado, como corresponde, después de dos periodos, y sin una apetencia en volver nunca más, sube otro consejo directivo, otro consejo superior, otros decanos. Yo, antes de irme, impongo a la doctora Alicia Bardón como rectora. Lo digo así porque yo le di todo mi caudal político para que ella sea rectora y ganó. Que no crean, empezando por ella misma, que ganó por sus habilidades. Toda la gente mía la hizo rectora. ¿Está claro?